¿Qué dice la Biblia sobre Israel?
Millones de cristianos apoyan a Israel. No hace falta ser un erudito bíblico para entender porqué.
La base bíblica del apoyo cristiano a Israel (conocido como sionismo cristiano o sionismo bíblico) se encuentra en el pacto con Abraham en el Libro de Génesis. Este pacto sagrado se confirma en toda la Biblia, incluso en el Nuevo Testamento. El sionismo bíblico existió 3.000 años antes que el movimiento político sionista moderno.
Es a través de este pacto que la Tierra de Canaán fue dada al pueblo judío como posesión eterna con el propósito de la redención mundial, y que Dios instituyó una ley espiritual de bendición con los hebreos para que aquellos que bendigan al pueblo judío sean bendecidos, alineándose con el plan redentor eterno de Dios. Del mismo modo, los que se oponen a Su pueblo se encontrarán en oposición directa al plan redentor de Dios.
La Biblia instruye a los gentiles a orar por el pueblo de Israel.
Génesis 12:3 nos dice que los bendigamos, el Salmo 122:6 e Isaías 62:6 nos dicen que oremos por ellos, Isaías 40:1-2 nos dice que los confortemos y animemos, mientras que Isaías 60:10-12 nos dice que los ayudemos. La lista continúa, pero la pauta es clara: Dios quiere que los cristianos cultiven relaciones sólidas con el Estado judío y su pueblo.
Jesús afirmó que todo lo que predijeron los profetas -incluido el regreso de los judíos a Israel- se cumplirá.
"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido" (Mateo 5:17-18).
Jesús afirmó la esperanza de restauración futura de los discípulos.
Justo antes de la ascensión de Jesús al cielo, los discípulos le preguntaron a Jesús si iba a restaurar el reino a Israel, a lo que él respondió: "No os toca a vosotros saber los tiempos ni las sazones, que el Padre puso en su sola potestad" (Hechos 1:6-7). Su respuesta fue clara: Dios restauraría el reino a Israel; pero el momento no es asunto de la humanidad.
Jesús afirmó la esperanza de los discípulos en una futura restauración.
Justo antes de la ascensión de Jesús al cielo, los discípulos le preguntaron si iba a restaurar el reino a Israel, a lo que Él respondió: "No os toca a vosotros saber los tiempos ni las sazones, que el Padre puso en su sola potestad" (Hch 1,6-7). Su respuesta fue clara: Dios restauraría el reino a Israel; pero el momento no es asunto de la humanidad.
El llamamiento al pueblo judío es irrevocable.
En Romanos 11:1, Pablo exclama "Dios no ha desechado a su pueblo"; y en los versículos 25-29, añade que "...en cuanto a la elección, son amados a causa de los patriarcas, porque los dones de Dios y su llamamiento son irrevocables".
En resumen, la Biblia tiene mucho que decir sobre Israel y sobre cómo nosotros, como cristianos, tenemos la responsabilidad de defenderlo.
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Artículo en inglés: www.israelanswers.com/blog/what-does-bible-say-about-israel
Es a través de este pacto que la Tierra de Canaán fue dada al pueblo judío como posesión eterna con el propósito de la redención mundial, y que Dios instituyó una ley espiritual de bendición con los hebreos para que aquellos que bendigan al pueblo judío sean bendecidos, alineándose con el plan redentor eterno de Dios. Del mismo modo, los que se oponen a Su pueblo se encontrarán en oposición directa al plan redentor de Dios.
La Biblia instruye a los gentiles a orar por el pueblo de Israel.
Génesis 12:3 nos dice que los bendigamos, el Salmo 122:6 e Isaías 62:6 nos dicen que oremos por ellos, Isaías 40:1-2 nos dice que los confortemos y animemos, mientras que Isaías 60:10-12 nos dice que los ayudemos. La lista continúa, pero la pauta es clara: Dios quiere que los cristianos cultiven relaciones sólidas con el Estado judío y su pueblo.
Jesús afirmó que todo lo que predijeron los profetas -incluido el regreso de los judíos a Israel- se cumplirá.
"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido" (Mateo 5:17-18).
Jesús afirmó la esperanza de restauración futura de los discípulos.
Justo antes de la ascensión de Jesús al cielo, los discípulos le preguntaron a Jesús si iba a restaurar el reino a Israel, a lo que él respondió: "No os toca a vosotros saber los tiempos ni las sazones, que el Padre puso en su sola potestad" (Hechos 1:6-7). Su respuesta fue clara: Dios restauraría el reino a Israel; pero el momento no es asunto de la humanidad.
Jesús afirmó la esperanza de los discípulos en una futura restauración.
Justo antes de la ascensión de Jesús al cielo, los discípulos le preguntaron si iba a restaurar el reino a Israel, a lo que Él respondió: "No os toca a vosotros saber los tiempos ni las sazones, que el Padre puso en su sola potestad" (Hch 1,6-7). Su respuesta fue clara: Dios restauraría el reino a Israel; pero el momento no es asunto de la humanidad.
El llamamiento al pueblo judío es irrevocable.
En Romanos 11:1, Pablo exclama "Dios no ha desechado a su pueblo"; y en los versículos 25-29, añade que "...en cuanto a la elección, son amados a causa de los patriarcas, porque los dones de Dios y su llamamiento son irrevocables".
En resumen, la Biblia tiene mucho que decir sobre Israel y sobre cómo nosotros, como cristianos, tenemos la responsabilidad de defenderlo.
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Artículo en inglés: www.israelanswers.com/blog/what-does-bible-say-about-israel