31 Capitulo 20 - El reino milenario de Cristo
Este capítulo contiene un resumen de los eventos relacionados al reino de Cristo en la tierra, en el cual, según el entendimiento de muchos intérpretes, se cumplirán muchas profecías del Antiguo Testamento, como la siguiente.
Jeremías 23:5 (RVR60) He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.
En cuanto al reino milenario de Cristo existe una diversidad de posturas interpretativas, pero las tres más importantes son: 1) la premilenialista, 2) la amilenialista y 3) la posmilenialista.
La interpretación premilenialista
Los premilenialistas creen que la Segunda Venida de Cristo precede a los mil años del reino de Cristo en la tierra. Sin embargo, entre los premilenialistas existen tres corrientes principales. Los premilenialistas de la corriente histórica, quienes creen que los Capítulos del 6 al 19 de Apocalipsis ya han sido mayormente cumplidos a lo largo de la Historia, pero desde el Capítulo 20 en adelante, creen que se trata de eventos futuros que deben interpretarse de forma más o menos literal.
Los premilenialistas de la corriente soteriológica consideran que el Milenio es primordialmente un aspecto del plan de salvación de Dios, mientras que sus aspectos políticos y nacionalistas con respecto a Israel son de carácter secundario.
La corriente premilenialista más común desde el siglo XX ha sido la de los premilenialistas que consideran que el Milenio es de carácter teocrático y que mediante el mismo, Dios cumplirá el pacto davídico – la promesa hecha a David de que su trono y su reino sobre la casa de Israel continuarían para siempre. Durante el Milenio, Cristo reinará literalmente en la tierra como líder político supremo y cumplirá las promesas hechas en el Antiguo Testamento relacionadas al reino de Israel y a la bendición de los gentiles. En esta postura interpretativa se considera que todos los eventos a partir de Apocalipsis 4 aún pertenecen al futuro, por lo cual, a sus adherentes se les llama futuristas.
La interpretación amilenialista
Básicamente, esta interpretación niega que haya literalmente un reino milenario de Cristo después de su Segunda Venida a la tierra. Para ellos, los mil años están contenidos en el lapso de tiempo entre la Primera y la Segunda Venidas y culminarán cuando Cristo regrese a la tierra. Por esta razón, muchos amilenialistas afirman que el actualmente ya estamos en el Milenio, mientras que otros creen que el Milenio se refiere a los santos que están en el cielo reinando con Cristo. Para estos, el Milenio no es un período de tiempo literal sino que abarca desde la muerte de Cristo hasta su Segunda Venida. Para otros, en cambio, el término “milenio” no tiene ninguna relación con un período de tiempo sino que es simplemente un término descriptivo.
La interpretación posmilenialista
Los que se apegan a esta interpretación afirman que el reinado de mil años se completará antes del regreso de Cristo a la tierra. El milenio se considera como el triunfo del Evangelio durante los últimos mil años de la era presente, lo cual muchos aún lo consideran como algo futuro, a pesar de que algunos no insisten que se trata de un período literal de mil años. Cuando mediante la predicación del Evangelio se haya ganado a la inmensa mayoría de gente para Cristo y como consecuencia de eso, las condiciones sociales en el mundo hayan mejorado al máximo, entonces Cristo aparecerá por segunda vez en la tierra. El acontecimiento de dos guerras mundiales le quitó mucha fuerza a esta corriente, pero en décadas recientes ha tenido un resurgimiento.
La postura interpretativa adoptada para este estudio es la premilenialista teocrática que afirma que la Segunda Venida de Cristo ocurrirá antes de que se establezca el Milenio, el cual será literalmente el reinado de Cristo en la tierra por espacio de mil años. Durante ese período de tiempo, Cristo será el gobernante político mundial que restaurará el reino de Israel y llevará a su cumplimiento todas las promesas que aún están pendientes desde el Antiguo Testamento. La monarquía davídica será restaurada en la persona de Jesucristo, quien reinará sobre Israel y todas las naciones, y la Tierra Prometida será poseída en su totalidad por Israel, algo que hasta la fecha nunca se ha cumplido.
El encadenamiento de Satanás
Apocalipsis 20:1–3 (RVR60) Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 3y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.
El abismo es el lugar de los demonios (Apo. 9:11). Es allí en donde Satanás, después de ser encadenado, será encerrado bajo un sello, lo que hará imposible que él siga engañando a las naciones por el espacio de mil años que durará el reino de Cristo en la tierra. Luego, Satanás será nuevamente puesto en libertad por un poco de tiempo. Obviamente, el propósito de esta acción por parte de Dios a través de un ángel, es neutralizar por completo a Satanás. La intención no es restringirlo parcialmente sino impedirle por completo todo tipo de actividad. Esta inactividad total se hace evidente en los pasajes bíblicos que tienen que ver con el Milenio, en los cuales nunca aparece Satanás en acción en el mundo.
Al presente, Satanás es un personaje muy activo. De hecho, él está más activo ahora que en épocas pasadas y conforme se acerca el fin, él continuará aumentando su actividad de oposición al plan de Dios. No hay ninguna evidencia de que Satanás esté atado hoy en día. Por el contrario. La creciente maldad en el mundo y aún dentro de la Iglesia, demuestra que él está más activo que nunca. Las naciones del mundo están siendo engañadas mediante la incesante actividad del poder engañoso de Satanás.
De tal manera que el encadenamiento de Satanás constituye una de las características principales del reino justo de Cristo en la tierra, ya que eso hará posible la paz y la tranquilidad, además de que no habrá la lucha espiritual que hay ahora. El período anterior al encadenamiento de Satanás, o sea, la Tribulación, así como el período al final del Milenio, cuando él sea soltado de nuevo, contrastan grandemente con la tranquilidad reinante durante los mil años comprendidos entre estos dos eventos. En realidad, el único período en toda la Historia de la humanidad en el cual Satanás no llevará a cabo su obra de engaño, será los mil años en los que Cristo reinará.
Resurrección y juicio de los santos de la Tribulación
Apocalipsis 20:4 (RVR60) Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.
¿Quiénes son los que se sientan sobre estos tronos y cuál es la facultad de juzgar que reciben? Una posibilidad es que se trata de todos los santos, tanto de la Iglesia como de Israel. Pero la interpretación más probable es que se trata de los veinticuatro ancianos de quienes Apocalipsis 5 dice que reinarán sobre la tierra.
Apocalipsis 5:8–10 (RVR60) Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; 9y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
Esto concuerda con la profecía dada por Jesucristo en Lucas 22:29-30.
Lucas 22:29–30 (RVR60) Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, 30para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
Estas palabras que fueron dirigidas a los doce apóstoles indican que ellos participarán del reino de Cristo en la tierra y que juzgarán a Israel. En la medida en que los doce apóstoles son miembros de la Iglesia, ellos la representan. Un pasaje paralelo se encuentra en Mateo 19:28.
Mateo 19:28 (RVR60) Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
En el Antiguo Testamento, Dios también anuncia mediante el profeta Ezequiel que Israel será juzgado.
Ezequiel 20:33–38 (RVR60) Vivo yo, dice Jehová el Señor, que con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros; 34y os sacaré de entre los pueblos, y os reuniré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado; 35y os traeré al desierto de los pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara. 36Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dice Jehová el Señor. 37Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto; 38y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jehová.
Según Mateo 25:31-46, las naciones gentiles también serán juzgadas cuando Cristo vuelva.
Mateo 25:31–33 (RVR60) Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
El final del versículo 4 sugiere que los santos de la Tribulación también serán resucitados y juzgados para recibir su recompensa, ya que allí dice que ellos también vivieron y reinaron con Cristo mil años. Si los santos del Antiguo Testamento son resucitados en esta misma instancia, tal como parece indicarlo el Libro de Daniel, entonces ellos también serán juzgados y recompensados y también participarán del reino milenario.
Daniel 12:1–2 (RVR60) En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. 2Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
Es importante notar que este versículo 4, que estamos analizando en Apocalipsis 20, indica que la resurrección de los santos de la Tribulación y la resurrección de los impíos están separadas por los mil años que durará el reino de Cristo en la tierra, tal como se evidencia en el pasaje a continuación.
Apocalipsis 20:5–6 (RVR60) Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
A diferencia de los mártires que son resucitados en este punto, los otros muertos no son resucitados hasta que los mil años del reino de Cristo hayan terminado. Por lo tanto, la resurrección que tiene lugar al comienzo del milenio es considerada la primera resurrección.
Al final de la era de la Iglesia ocurrirá el Arrebatamiento y los muertos en Cristo serán resucitados. Al final de la Gran Tribulación, los santos de la Tribulación también serán resucitados. Esto indica que los justos son los primeros en resucitar, en comparación a los impíos que no serán resucitados hasta después del Milenio. En este sentido, la resurrección de los justos también es la primera resurrección.
Apocalipsis 20:7–9 (RVR60) Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 9Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.
Juan no nos da detalles acerca de cómo será el reino de Cristo en la tierra, pero sí nos dice cuánto durará. El carácter del reino de Cristo se describe en varios pasajes del Antiguo Testamento, tales como Isaías 2:2-4; 11:4-9 y Salmos 72. Entre otras cosas, allí podemos darnos cuenta que Jerusalén será la capital del reino milenario y que no habrán guerras sino que prevalecerán la paz y la tranquilidad. Aún la agresividad de las fieras será apaciguada. Habrá justicia para todos y los malos serán castigados con prontitud y absoluta justicia.
La prominencia de Israel se hace evidente en las descripciones que muchos pasajes del Antiguo Testamento hacen del Milenio. Después de la experiencia purificadora de la Gran Tribulación, aquellos que sobrevivan serán ciudadanos del reino, después de que los israelitas impíos sean excluidos. Los gentiles justos comparten de las bendiciones del Milenio y también gozarán de todos los beneficios del reino de Cristo. Pero cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión y sin pérdida de tiempo reanudará su actividad engañosa entre todas las naciones de la tierra. Las personas que serán objeto de esta actividad satánica son los descendientes de los santos de la Tribulación que sobrevivieron la persecución y entraron al Milenio con cuerpos naturales.
Por supuesto, después de mil años, los hijos de aquellos que entraron al Milenio serán más que sus padres. Una gran cantidad de ellos habrán tenido que someterse a las reglas del reino y habrán observado una obediencia externa; pero en su interior, no se habrán rendido verdaderamente a Cristo. En su inexperiencia con la tentación, estos se convertirán en presa fácil de Satanás y lo seguirán en su plan rebelde.
Se han sugerido cuatro razones por las cuales Satanás es puesto en libertad después de mil años: 1) Para demostrar que aún bajo las mejores circunstancias, el hombre en su estado natural caerá en pecado, si se le deja por su propia cuenta. 2) Para demostrar que Dios, quien predice las acciones del hombre, así como las de Él mismo, en realidad sabe todas las cosas antes de que ocurran. 3) Para demostrar la maldad incorregible de Satanás. 4) Para justificar el castigo eterno al cual serán enviados tanto Satanás como todos los impíos.
Muchas interpretaciones han surgido con respecto a Gog y a Magog, acerca de los cuales el texto bíblico no nos da ninguna explicación. Una de ellas es que Gog se refiere al gobernante y Magog al pueblo, siguiendo un paralelo con Ezequiel 38, en donde se profetiza juicio en contra de un soberano. Según esto, entonces, lo que el pasaje significa es que el pueblo de las naciones del mundo seguirá a Satanás como su líder. Sin embargo, hay que tener en cuenta que existen muchas diferencias entre este evento en Apocalipsis y el mencionado en Ezequiel. Una de ellas es que en Apocalipsis, Satanás es identificado plenamente, mientras que en Ezequiel ni siquiera es mencionado.
De cualquier forma, aquellos que siguen a Satanás en su rebelión contra Dios son tan numerosos como la arena del mar. Este gran ejército liderado por Satanás y que proviene de los cuatro ángulos de la tierra, rodea el campamento de los santos – la ciudad de Jerusalén. Evidentemente, Cristo permite que el ejército rebelde se reúna y sitie la ciudad capital. Pero tan pronto ese ejército está listo para atacar, de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. Así termina el último intento de Satanás por usurpar el lugar que le pertenece solamente a Dios. Este también es el final de las naciones que se rebelan contra Dios.
El destino final de Satanás
Apocalipsis 20:10 (RVR60) Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Satanás, quien comenzó su carrera de engañador seduciendo a Eva en el Jardín del Edén, continuará su papel de engañador hasta el día mismo de su juicio final. En este acto del juicio divino, Satanás va a parar al mismo lugar al que mil años antes fueron también lanzados la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. La Palabra de Dios deja bien en claro que la muerte no es la aniquilación de la existencia. Los malos existirán para siempre en el tormento, mientras que los justos existirán para siempre en la gloria. El lago de fuego y azufre será también el destino de todos los que no acepten a Cristo y por ende, sigan a Satanás.
Jeremías 23:5 (RVR60) He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.
En cuanto al reino milenario de Cristo existe una diversidad de posturas interpretativas, pero las tres más importantes son: 1) la premilenialista, 2) la amilenialista y 3) la posmilenialista.
La interpretación premilenialista
Los premilenialistas creen que la Segunda Venida de Cristo precede a los mil años del reino de Cristo en la tierra. Sin embargo, entre los premilenialistas existen tres corrientes principales. Los premilenialistas de la corriente histórica, quienes creen que los Capítulos del 6 al 19 de Apocalipsis ya han sido mayormente cumplidos a lo largo de la Historia, pero desde el Capítulo 20 en adelante, creen que se trata de eventos futuros que deben interpretarse de forma más o menos literal.
Los premilenialistas de la corriente soteriológica consideran que el Milenio es primordialmente un aspecto del plan de salvación de Dios, mientras que sus aspectos políticos y nacionalistas con respecto a Israel son de carácter secundario.
La corriente premilenialista más común desde el siglo XX ha sido la de los premilenialistas que consideran que el Milenio es de carácter teocrático y que mediante el mismo, Dios cumplirá el pacto davídico – la promesa hecha a David de que su trono y su reino sobre la casa de Israel continuarían para siempre. Durante el Milenio, Cristo reinará literalmente en la tierra como líder político supremo y cumplirá las promesas hechas en el Antiguo Testamento relacionadas al reino de Israel y a la bendición de los gentiles. En esta postura interpretativa se considera que todos los eventos a partir de Apocalipsis 4 aún pertenecen al futuro, por lo cual, a sus adherentes se les llama futuristas.
La interpretación amilenialista
Básicamente, esta interpretación niega que haya literalmente un reino milenario de Cristo después de su Segunda Venida a la tierra. Para ellos, los mil años están contenidos en el lapso de tiempo entre la Primera y la Segunda Venidas y culminarán cuando Cristo regrese a la tierra. Por esta razón, muchos amilenialistas afirman que el actualmente ya estamos en el Milenio, mientras que otros creen que el Milenio se refiere a los santos que están en el cielo reinando con Cristo. Para estos, el Milenio no es un período de tiempo literal sino que abarca desde la muerte de Cristo hasta su Segunda Venida. Para otros, en cambio, el término “milenio” no tiene ninguna relación con un período de tiempo sino que es simplemente un término descriptivo.
La interpretación posmilenialista
Los que se apegan a esta interpretación afirman que el reinado de mil años se completará antes del regreso de Cristo a la tierra. El milenio se considera como el triunfo del Evangelio durante los últimos mil años de la era presente, lo cual muchos aún lo consideran como algo futuro, a pesar de que algunos no insisten que se trata de un período literal de mil años. Cuando mediante la predicación del Evangelio se haya ganado a la inmensa mayoría de gente para Cristo y como consecuencia de eso, las condiciones sociales en el mundo hayan mejorado al máximo, entonces Cristo aparecerá por segunda vez en la tierra. El acontecimiento de dos guerras mundiales le quitó mucha fuerza a esta corriente, pero en décadas recientes ha tenido un resurgimiento.
La postura interpretativa adoptada para este estudio es la premilenialista teocrática que afirma que la Segunda Venida de Cristo ocurrirá antes de que se establezca el Milenio, el cual será literalmente el reinado de Cristo en la tierra por espacio de mil años. Durante ese período de tiempo, Cristo será el gobernante político mundial que restaurará el reino de Israel y llevará a su cumplimiento todas las promesas que aún están pendientes desde el Antiguo Testamento. La monarquía davídica será restaurada en la persona de Jesucristo, quien reinará sobre Israel y todas las naciones, y la Tierra Prometida será poseída en su totalidad por Israel, algo que hasta la fecha nunca se ha cumplido.
El encadenamiento de Satanás
Apocalipsis 20:1–3 (RVR60) Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 3y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.
El abismo es el lugar de los demonios (Apo. 9:11). Es allí en donde Satanás, después de ser encadenado, será encerrado bajo un sello, lo que hará imposible que él siga engañando a las naciones por el espacio de mil años que durará el reino de Cristo en la tierra. Luego, Satanás será nuevamente puesto en libertad por un poco de tiempo. Obviamente, el propósito de esta acción por parte de Dios a través de un ángel, es neutralizar por completo a Satanás. La intención no es restringirlo parcialmente sino impedirle por completo todo tipo de actividad. Esta inactividad total se hace evidente en los pasajes bíblicos que tienen que ver con el Milenio, en los cuales nunca aparece Satanás en acción en el mundo.
Al presente, Satanás es un personaje muy activo. De hecho, él está más activo ahora que en épocas pasadas y conforme se acerca el fin, él continuará aumentando su actividad de oposición al plan de Dios. No hay ninguna evidencia de que Satanás esté atado hoy en día. Por el contrario. La creciente maldad en el mundo y aún dentro de la Iglesia, demuestra que él está más activo que nunca. Las naciones del mundo están siendo engañadas mediante la incesante actividad del poder engañoso de Satanás.
De tal manera que el encadenamiento de Satanás constituye una de las características principales del reino justo de Cristo en la tierra, ya que eso hará posible la paz y la tranquilidad, además de que no habrá la lucha espiritual que hay ahora. El período anterior al encadenamiento de Satanás, o sea, la Tribulación, así como el período al final del Milenio, cuando él sea soltado de nuevo, contrastan grandemente con la tranquilidad reinante durante los mil años comprendidos entre estos dos eventos. En realidad, el único período en toda la Historia de la humanidad en el cual Satanás no llevará a cabo su obra de engaño, será los mil años en los que Cristo reinará.
Resurrección y juicio de los santos de la Tribulación
Apocalipsis 20:4 (RVR60) Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.
¿Quiénes son los que se sientan sobre estos tronos y cuál es la facultad de juzgar que reciben? Una posibilidad es que se trata de todos los santos, tanto de la Iglesia como de Israel. Pero la interpretación más probable es que se trata de los veinticuatro ancianos de quienes Apocalipsis 5 dice que reinarán sobre la tierra.
Apocalipsis 5:8–10 (RVR60) Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; 9y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
Esto concuerda con la profecía dada por Jesucristo en Lucas 22:29-30.
Lucas 22:29–30 (RVR60) Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, 30para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
Estas palabras que fueron dirigidas a los doce apóstoles indican que ellos participarán del reino de Cristo en la tierra y que juzgarán a Israel. En la medida en que los doce apóstoles son miembros de la Iglesia, ellos la representan. Un pasaje paralelo se encuentra en Mateo 19:28.
Mateo 19:28 (RVR60) Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
En el Antiguo Testamento, Dios también anuncia mediante el profeta Ezequiel que Israel será juzgado.
Ezequiel 20:33–38 (RVR60) Vivo yo, dice Jehová el Señor, que con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros; 34y os sacaré de entre los pueblos, y os reuniré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado; 35y os traeré al desierto de los pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara. 36Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dice Jehová el Señor. 37Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto; 38y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jehová.
Según Mateo 25:31-46, las naciones gentiles también serán juzgadas cuando Cristo vuelva.
Mateo 25:31–33 (RVR60) Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
El final del versículo 4 sugiere que los santos de la Tribulación también serán resucitados y juzgados para recibir su recompensa, ya que allí dice que ellos también vivieron y reinaron con Cristo mil años. Si los santos del Antiguo Testamento son resucitados en esta misma instancia, tal como parece indicarlo el Libro de Daniel, entonces ellos también serán juzgados y recompensados y también participarán del reino milenario.
Daniel 12:1–2 (RVR60) En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. 2Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
Es importante notar que este versículo 4, que estamos analizando en Apocalipsis 20, indica que la resurrección de los santos de la Tribulación y la resurrección de los impíos están separadas por los mil años que durará el reino de Cristo en la tierra, tal como se evidencia en el pasaje a continuación.
Apocalipsis 20:5–6 (RVR60) Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
A diferencia de los mártires que son resucitados en este punto, los otros muertos no son resucitados hasta que los mil años del reino de Cristo hayan terminado. Por lo tanto, la resurrección que tiene lugar al comienzo del milenio es considerada la primera resurrección.
Al final de la era de la Iglesia ocurrirá el Arrebatamiento y los muertos en Cristo serán resucitados. Al final de la Gran Tribulación, los santos de la Tribulación también serán resucitados. Esto indica que los justos son los primeros en resucitar, en comparación a los impíos que no serán resucitados hasta después del Milenio. En este sentido, la resurrección de los justos también es la primera resurrección.
Apocalipsis 20:7–9 (RVR60) Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 9Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.
Juan no nos da detalles acerca de cómo será el reino de Cristo en la tierra, pero sí nos dice cuánto durará. El carácter del reino de Cristo se describe en varios pasajes del Antiguo Testamento, tales como Isaías 2:2-4; 11:4-9 y Salmos 72. Entre otras cosas, allí podemos darnos cuenta que Jerusalén será la capital del reino milenario y que no habrán guerras sino que prevalecerán la paz y la tranquilidad. Aún la agresividad de las fieras será apaciguada. Habrá justicia para todos y los malos serán castigados con prontitud y absoluta justicia.
La prominencia de Israel se hace evidente en las descripciones que muchos pasajes del Antiguo Testamento hacen del Milenio. Después de la experiencia purificadora de la Gran Tribulación, aquellos que sobrevivan serán ciudadanos del reino, después de que los israelitas impíos sean excluidos. Los gentiles justos comparten de las bendiciones del Milenio y también gozarán de todos los beneficios del reino de Cristo. Pero cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión y sin pérdida de tiempo reanudará su actividad engañosa entre todas las naciones de la tierra. Las personas que serán objeto de esta actividad satánica son los descendientes de los santos de la Tribulación que sobrevivieron la persecución y entraron al Milenio con cuerpos naturales.
Por supuesto, después de mil años, los hijos de aquellos que entraron al Milenio serán más que sus padres. Una gran cantidad de ellos habrán tenido que someterse a las reglas del reino y habrán observado una obediencia externa; pero en su interior, no se habrán rendido verdaderamente a Cristo. En su inexperiencia con la tentación, estos se convertirán en presa fácil de Satanás y lo seguirán en su plan rebelde.
Se han sugerido cuatro razones por las cuales Satanás es puesto en libertad después de mil años: 1) Para demostrar que aún bajo las mejores circunstancias, el hombre en su estado natural caerá en pecado, si se le deja por su propia cuenta. 2) Para demostrar que Dios, quien predice las acciones del hombre, así como las de Él mismo, en realidad sabe todas las cosas antes de que ocurran. 3) Para demostrar la maldad incorregible de Satanás. 4) Para justificar el castigo eterno al cual serán enviados tanto Satanás como todos los impíos.
Muchas interpretaciones han surgido con respecto a Gog y a Magog, acerca de los cuales el texto bíblico no nos da ninguna explicación. Una de ellas es que Gog se refiere al gobernante y Magog al pueblo, siguiendo un paralelo con Ezequiel 38, en donde se profetiza juicio en contra de un soberano. Según esto, entonces, lo que el pasaje significa es que el pueblo de las naciones del mundo seguirá a Satanás como su líder. Sin embargo, hay que tener en cuenta que existen muchas diferencias entre este evento en Apocalipsis y el mencionado en Ezequiel. Una de ellas es que en Apocalipsis, Satanás es identificado plenamente, mientras que en Ezequiel ni siquiera es mencionado.
De cualquier forma, aquellos que siguen a Satanás en su rebelión contra Dios son tan numerosos como la arena del mar. Este gran ejército liderado por Satanás y que proviene de los cuatro ángulos de la tierra, rodea el campamento de los santos – la ciudad de Jerusalén. Evidentemente, Cristo permite que el ejército rebelde se reúna y sitie la ciudad capital. Pero tan pronto ese ejército está listo para atacar, de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. Así termina el último intento de Satanás por usurpar el lugar que le pertenece solamente a Dios. Este también es el final de las naciones que se rebelan contra Dios.
El destino final de Satanás
Apocalipsis 20:10 (RVR60) Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Satanás, quien comenzó su carrera de engañador seduciendo a Eva en el Jardín del Edén, continuará su papel de engañador hasta el día mismo de su juicio final. En este acto del juicio divino, Satanás va a parar al mismo lugar al que mil años antes fueron también lanzados la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. La Palabra de Dios deja bien en claro que la muerte no es la aniquilación de la existencia. Los malos existirán para siempre en el tormento, mientras que los justos existirán para siempre en la gloria. El lago de fuego y azufre será también el destino de todos los que no acepten a Cristo y por ende, sigan a Satanás.