14 Capitulo 10-1-11 - Angel con el librito
La primera visión del interludioAl término del Capítulo 9, seis de las siete trompetas ya han sonado y con el Capítulo 10 nuevamente se introduce un interludio de dos visiones relacionadas: La de un poderoso ángel con un librito (10:1-11) y la de los dos testigos que se describe en la primera parte del Capítulo 11 (11:1-14). Estas visiones no avanzan de manera alguna la sucesión de eventos sino que presentan otros factores que contribuyen al panorama profético de Apocalipsis en general.
El ángel fuerte con el librito
Apocalipsis 10:1-4 (RVR60) Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego. 2Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra; 3y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. 4Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.
Al ángel que aparece en esta escena se le describe como otro ángel fuerte y debido a otros detalles gráficos de su apariencia y de su poder, algunos expositores bíblicos creen que este ángel es en efecto el Señor Jesucristo. Esta interpretación no es del todo imposible, más sin embargo, Jesucristo nunca aparece como un ángel en Apocalipsis. El texto también provee evidencia de que más bien se trata de un ángel santo a quien Dios le ha concedido gran poder y autoridad. Por ejemplo, de él se dice que Juan lo vio descender del cielo y en la Biblia no existe indicio alguno de que Cristo venga a la tierra a la mitad de la Tribulación.
En cambio, el hecho de que este ángel tenga gran poder y autoridad no representa un caso único. En Apocalipsis 5:2 también se menciona a un ángel fuerte y en Apocalipsis 18:2 se menciona a un ángel poderoso. De hecho, a través del Libro de Apocalipsis hay varias instancias en las que ángeles actúan con poder y autoridad como ministros de Dios, tanto para ejecutar juicio sobre los malvados, así como para brindarles protección a los justos. Un ejemplo sobresaliente está en Apocalipsis 12, en donde vemos que el arcángel Miguel lucha junto con sus ángeles contra Satanás y sus ángeles y los vencen.
Apocalipsis 12:7-8 (RVR60) Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; 8pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.
Esto ha dado lugar para que algunos lleguen a la conclusión de que el ángel fuerte de este Capítulo 10 es el mismo arcángel Miguel, quien aparentemente es el comandante en jefe de todos los ángeles santos.
La postura en la que Juan ve a este ángel es por demás imponente y evidencia su gran autoridad, ya que pone su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra. Obviamente, esto significa que este ángel tiene poder y autoridad sobre todo el globo terráqueo. Sin embargo, el hecho relevante al cual Juan le da mayor importancia es que este ángel tenía en su mano un librito abierto. En realidad, no se trata de un libro como los que usamos en la actualidad sino de uno de esos rollos de papiro o de pergamino que se usaban en la antigüedad. A diferencia del rollo con siete sellos que el Cordero tiene en su mano en la visión del Capítulo 5 (5:1), este rollo es de tamaño pequeño y ya está abierto. El contenido del rollo no se describe en ninguna parte, pero obviamente está relacionado con la misión y la autoridad que ha recibido el ángel que lo tiene en su mano.
El clamor estruendoso del ángel, el cual se describe como cuando ruge un león, es seguido por las voces de siete truenos, las cuales, evidentemente añaden a la revelación, pero que a Juan no se le permite registrar por escrito su contenido. A pesar de que el propósito principal de las visiones dadas a Juan es que escriba lo revelado, en este caso en particular el mensaje es solamente para conocimiento de él y no se le permite divulgarlo. En este contexto, sellar las cosas que los truenos han dicho significa no darlas a conocer.
Una declaración bajo juramento
Apocalipsis 10:5-7 (RVR60) Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, 6y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, 7sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.
Con su mano levantada hacia el cielo, la morada de Dios, el ángel pronuncia una solemne declaración bajo juramento. El hecho de que en este punto el ángel jura por Dios, es una evidencia más de que este ángel no es Jesucristo, ya que dicho juramento implica que Dios es mayor que el ángel que lo hace. Como Creador de todas las cosas, Dios también es soberano para establecer los tiempos en que habrán de ocurrir las cosas. En este caso, que el tiempo no sería más, no es una declaración de que el tiempo dejará de existir sino de que el tiempo disponible se ha agotado y que lo que habrá de ocurrir, ocurrirá sin más demora. El final está a punto de consumarse. En el lapso de tiempo que se iniciará con el toque de la séptima trompeta, el misterio de Dios se consumará.
El anuncio de que ya no habrá más dilaciones será una buena noticia para los santos que esperan la justa intervención de Dios. A los santos que están bajo el altar y que claman, “Hasta cuándo, Señor…” se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo (Apo. 6:9-11). Ahora, el anuncio es que ya no habrá más demora (10:6, NBLH). Desde este punto en adelante, Dios ya no intervendrá para detener el juicio con el objeto de que el hombre tenga más oportunidades para arrepentirse.
Cuando el séptimo ángel comience a tocar la trompeta, lo declarado por Dios a los profetas entrará en la fase final de su consumación. De tal manera que, el misterio fue revelado en el Antiguo Testamento y tiene que ver con el evento culminante que según el ángel, está a punto de ocurrir: el establecimiento del reino de Dios en la tierra. Entonces, la manifestación completa del poder y de la santidad de Dios se hará evidente en el retorno glorioso de Cristo, el establecimiento de su reino y la posterior creación del estado eterno. El hecho de que el reino de Dios es central en la consumación del propósito de Dios queda confirmado por Apocalipsis 11:5, en donde después de la séptima trompeta, se proclama el establecimiento del reino de Dios.
Apocalipsis 11:15 (RVR60) El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.
En pocas palabras, el misterio de Dios es la consumación de la historia humana y el establecimiento del plan de Dios para la eternidad. Este misterio habría permanecido desconocido si Dios no lo hubiera revelado, pero Él lo reveló a sus siervos los profetas.
De tal manera que con el toque de la séptima trompeta, el gran propósito de Dios para la Creación y para la obra de la redención estará llegando a su realización final.
Juan se come el librito
Apocalipsis 10:8-11 (RVR60) La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra. 9Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. 10Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre. 11Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
La acción de ingerir el librito simboliza que Juan se hace partícipe de su mensaje y se apropia de las promesas y declaraciones allí contenidas. Aparentemente, el librito simboliza la Palabra de Dios, cuyo mensaje, según vemos en el versículo 11, Juan debe proclamar a muchos. El mensaje de la Palabra de Dios es dulce, en la medida en que es un mensaje de gracia y esperanza. Pero también es amargo en la medida en que anuncia la severidad del juicio divino que se derramará sobre la tierra.
En la siguiente sección, veremos la segunda visión de este interludio previo a la séptima trompeta, visión que está relacionada con la actividad de dos testigos de Dios durante el período de la Gran Tribulación.
El ángel fuerte con el librito
Apocalipsis 10:1-4 (RVR60) Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego. 2Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra; 3y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. 4Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.
Al ángel que aparece en esta escena se le describe como otro ángel fuerte y debido a otros detalles gráficos de su apariencia y de su poder, algunos expositores bíblicos creen que este ángel es en efecto el Señor Jesucristo. Esta interpretación no es del todo imposible, más sin embargo, Jesucristo nunca aparece como un ángel en Apocalipsis. El texto también provee evidencia de que más bien se trata de un ángel santo a quien Dios le ha concedido gran poder y autoridad. Por ejemplo, de él se dice que Juan lo vio descender del cielo y en la Biblia no existe indicio alguno de que Cristo venga a la tierra a la mitad de la Tribulación.
En cambio, el hecho de que este ángel tenga gran poder y autoridad no representa un caso único. En Apocalipsis 5:2 también se menciona a un ángel fuerte y en Apocalipsis 18:2 se menciona a un ángel poderoso. De hecho, a través del Libro de Apocalipsis hay varias instancias en las que ángeles actúan con poder y autoridad como ministros de Dios, tanto para ejecutar juicio sobre los malvados, así como para brindarles protección a los justos. Un ejemplo sobresaliente está en Apocalipsis 12, en donde vemos que el arcángel Miguel lucha junto con sus ángeles contra Satanás y sus ángeles y los vencen.
Apocalipsis 12:7-8 (RVR60) Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; 8pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.
Esto ha dado lugar para que algunos lleguen a la conclusión de que el ángel fuerte de este Capítulo 10 es el mismo arcángel Miguel, quien aparentemente es el comandante en jefe de todos los ángeles santos.
La postura en la que Juan ve a este ángel es por demás imponente y evidencia su gran autoridad, ya que pone su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra. Obviamente, esto significa que este ángel tiene poder y autoridad sobre todo el globo terráqueo. Sin embargo, el hecho relevante al cual Juan le da mayor importancia es que este ángel tenía en su mano un librito abierto. En realidad, no se trata de un libro como los que usamos en la actualidad sino de uno de esos rollos de papiro o de pergamino que se usaban en la antigüedad. A diferencia del rollo con siete sellos que el Cordero tiene en su mano en la visión del Capítulo 5 (5:1), este rollo es de tamaño pequeño y ya está abierto. El contenido del rollo no se describe en ninguna parte, pero obviamente está relacionado con la misión y la autoridad que ha recibido el ángel que lo tiene en su mano.
El clamor estruendoso del ángel, el cual se describe como cuando ruge un león, es seguido por las voces de siete truenos, las cuales, evidentemente añaden a la revelación, pero que a Juan no se le permite registrar por escrito su contenido. A pesar de que el propósito principal de las visiones dadas a Juan es que escriba lo revelado, en este caso en particular el mensaje es solamente para conocimiento de él y no se le permite divulgarlo. En este contexto, sellar las cosas que los truenos han dicho significa no darlas a conocer.
Una declaración bajo juramento
Apocalipsis 10:5-7 (RVR60) Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, 6y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, 7sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.
Con su mano levantada hacia el cielo, la morada de Dios, el ángel pronuncia una solemne declaración bajo juramento. El hecho de que en este punto el ángel jura por Dios, es una evidencia más de que este ángel no es Jesucristo, ya que dicho juramento implica que Dios es mayor que el ángel que lo hace. Como Creador de todas las cosas, Dios también es soberano para establecer los tiempos en que habrán de ocurrir las cosas. En este caso, que el tiempo no sería más, no es una declaración de que el tiempo dejará de existir sino de que el tiempo disponible se ha agotado y que lo que habrá de ocurrir, ocurrirá sin más demora. El final está a punto de consumarse. En el lapso de tiempo que se iniciará con el toque de la séptima trompeta, el misterio de Dios se consumará.
El anuncio de que ya no habrá más dilaciones será una buena noticia para los santos que esperan la justa intervención de Dios. A los santos que están bajo el altar y que claman, “Hasta cuándo, Señor…” se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo (Apo. 6:9-11). Ahora, el anuncio es que ya no habrá más demora (10:6, NBLH). Desde este punto en adelante, Dios ya no intervendrá para detener el juicio con el objeto de que el hombre tenga más oportunidades para arrepentirse.
Cuando el séptimo ángel comience a tocar la trompeta, lo declarado por Dios a los profetas entrará en la fase final de su consumación. De tal manera que, el misterio fue revelado en el Antiguo Testamento y tiene que ver con el evento culminante que según el ángel, está a punto de ocurrir: el establecimiento del reino de Dios en la tierra. Entonces, la manifestación completa del poder y de la santidad de Dios se hará evidente en el retorno glorioso de Cristo, el establecimiento de su reino y la posterior creación del estado eterno. El hecho de que el reino de Dios es central en la consumación del propósito de Dios queda confirmado por Apocalipsis 11:5, en donde después de la séptima trompeta, se proclama el establecimiento del reino de Dios.
Apocalipsis 11:15 (RVR60) El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.
En pocas palabras, el misterio de Dios es la consumación de la historia humana y el establecimiento del plan de Dios para la eternidad. Este misterio habría permanecido desconocido si Dios no lo hubiera revelado, pero Él lo reveló a sus siervos los profetas.
De tal manera que con el toque de la séptima trompeta, el gran propósito de Dios para la Creación y para la obra de la redención estará llegando a su realización final.
Juan se come el librito
Apocalipsis 10:8-11 (RVR60) La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra. 9Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. 10Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre. 11Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
La acción de ingerir el librito simboliza que Juan se hace partícipe de su mensaje y se apropia de las promesas y declaraciones allí contenidas. Aparentemente, el librito simboliza la Palabra de Dios, cuyo mensaje, según vemos en el versículo 11, Juan debe proclamar a muchos. El mensaje de la Palabra de Dios es dulce, en la medida en que es un mensaje de gracia y esperanza. Pero también es amargo en la medida en que anuncia la severidad del juicio divino que se derramará sobre la tierra.
En la siguiente sección, veremos la segunda visión de este interludio previo a la séptima trompeta, visión que está relacionada con la actividad de dos testigos de Dios durante el período de la Gran Tribulación.