12 Capitulo 9:1-12 - Quinta trompeta
La quinta trompetaLo que Juan describe que ocurrirá cuando se toque la quinta trompeta demuestra que como parte de la Gran Tribulación, Dios permitirá que los poderes demoníacos bajo el mando de Satanás sometan a los incrédulos de esa época a intenso dolor y sufrimiento, de los cuales no podrán escapar ni siquiera por medio de la muerte.
Cuando los primeros cuatro ángeles tocaron sus trompetas, el impacto sobre los habitantes de la Tierra fue indirecto. En cambio, cuando el quinto ángel tocó la trompeta, el efecto cayó directamente sobre los seres humanos.
La apertura del abismo
Apocalipsis 9:1-2 (RVR60) El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. 2Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo.
A diferencia de las estrellas o cuerpos celestiales que se reportan cayendo del cielo en Apocalipsis 6:12-17 y 8:12-13, las cuales debido al contexto se consideran literalmente como objetos que se precipitan a tierra, tal parece que la estrella que se menciona aquí se trata de un personaje y no literalmente de una estrella o meteoro. El hecho de que a esta estrella se le atribuyen cargos y acciones propios de una persona, permite concluir que se trata de un ser inteligente y no de un objeto inanimado. Sin embargo, hay que reconocer que el pasaje en sí no ofrece ninguna explicación con respecto a la identidad de esta estrella. Cualquier intento de identificarla tendría que ser relacionándola con otro pasaje de las Escrituras, principalmente de Apocalipsis, que permita la identificación del personaje en cuestión.
De este ser estrella se dice que cayó del cielo a la tierra, lo cual indica que su caída ya ha acontecido y la acción está completa. O sea que Juan no ve una estrella cayendo sino que ve a una estrella que ya ha caído. En Apocalipsis 12 se relata un evento en el que ocurre la expulsión de un ser que es arrojado del cielo a la tierra. Es lógico pensar que este evento registra la caída de aquella estrella que Juan vio en este pasaje de Apocalipsis 9.
Apocalipsis 12:7-11 (RVR60) Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; 8pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. 9Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. 10Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 11Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
Llegamos, pues, a la conclusión de que la estrella que cayó y que Juan vio en Apocalipsis 9:1 es Satanás. Hay que admitir que algunos intérpretes optan por una explicación diferente. Para algunos esta estrella que cayó es simplemente un ángel de Dios que descendió del cielo con el propósito de cumplir una orden dada por Dios. Para otros, este no es Satanás sino uno de los muchos demonios que lo siguieron en su rebelión y que ahora tiene la tarea de abrir la puerta del pozo del abismo. Sin embargo, además del pasaje ya citado en Apocalipsis 12, hay otros dos pasajes bíblicos que predicen la caída de Satanás.
Isaías 14:12-17 (RVR60) ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. 15Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. 16Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; 17que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?
Lucas 10:18 (RVR60) 18Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Probablemente, la expulsión de Satanás ocurre al comienzo de la Gran Tribulación y termina con la actividad acusadora que Satanás ha estado llevando a cabo en el cielo por mucho tiempo.
Al Satanás ser arrojado a la tierra, se le da la llave del pozo del abismo. Una llave es símbolo de autoridad, como cuando Cristo declara que Él tiene las llaves de la muerte y del Hades (Apo. 1:18). El abismo es el lugar en donde están confinados los demonios en espera del juicio final. Por lo tanto, no es el lugar de la condenación eterna sino un punto intermedio antes del lago de fuego en el que Satanás será eventualmente lanzado.
Apocalipsis 20:10 (RVR60) Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
De tal manera que Apocalipsis 9:1 nos presenta a Satanás en posesión de la llave del pozo del abismo y con la autoridad de liberar a los que están allí encerrados. El siguiente versículo nos dice que Satanás abrió el pozo del abismo y que de allí salió como humo de un gran horno en tal cantidad y espesura que se oscureció el sol y el aire fue contaminado en gran manera. Esto es un presagio de la corrupción espiritual que ocurrirá cuando los demonios allí confinados finalmente salgan a ejecutar el juicio de la quinta trompeta sobre la incrédulos.
Un tormento largo e ineludible
Apocalipsis 9:3-6 (RVR60) Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. 4Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. 5Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. 6Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.
En el Antiguo Testamento, las langostas eran una plaga que aunque no atacaban a las personas, eran temidas en gran manera, ya que podían arrasar los campos destruyendo toda la vegetación y así provocando la muerte de personas y de animales por falta de alimento. En este episodio que tendrá lugar durante la Gran Tribulación, se nos presenta la imagen de las langostas, pero con un rol invertido, ya que en esa ocasión no dañarán la vegetación, mas sí atacarán a personas produciéndoles un intenso y prolongado tormento.
Frecuentemente en la Biblia las langostas son utilizadas por Dios para ejecutar el juicio divino sobre los malignos. En el contexto de las plagas de Egipto, la Biblia dice que la décima plaga fue la plaga de langostas, la cual vino con tal intensidad que no quedó cosa verde en árboles ni en hierba del campo, en toda la tierra de Egipto (Éxo. 10:12-20). En Joel 1:4-7 se menciona una plaga similar.
Por supuesto, las langostas mencionadas por Juan en este pasaje de Apocalipsis no son literalmente aquellos insectos destructores sino una representación visual de las hordas de demonios que Dios ha mantenido encerrados y bajo llave hasta este momento, pero que en aquellos días serán desatados por toda la tierra como parte del juicio divino. De ellos se dice que pican como escorpiones y producen un sufrimiento de gran intensidad entre los habitantes de la tierra, excepto los que tienen el sello de Dios en sus frentes.
En el Capítulo 7 vimos que son los 144,000 representantes de las doce tribus de Israel quienes son sellados en sus frentes como siervos de Dios (Apo. 7:3). Obviamente, ellos están protegidos en contra del ataque por parte de estos demonios, pero seguramente así también lo estarán todos aquellos que hayan puesto su confianza en Cristo en esos tiempos. Es improbable que los creyentes de esa época sufran el tormento de las langostas-escorpión, ya que ese tormento es un juicio sobre quienes han rechazado a Cristo.
La intensidad de la aflicción producida por estos demonios es comparada a la picadura de un escorpión, solamente que peor. Mientras que el dolor por la picadura de un escorpión natural se alivia en cuestión de horas, el tormento producido por la acción de estos demonios dura cinco meses y es de tal intensidad que los hombres buscarán la muerte… y ansiarán morir, pero la muerte los eludirá. Aun la esperanza de morir para escapar de tal aflicción les será negada y tendrán que enfrentar el juicio sin que tengan escapatoria alguna, pero aun así rehusarán arrepentirse y volverse a Dios.
Descripción del ejército demoníaco
Apocalipsis 9:7-11 (RVR60) El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; 8tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; 9tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; 10tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses. 11Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión.
La descripción que se hace de las langostas en este pasaje demuestra que no se trata de langostas comunes y corrientes y que se les llama así solamente porque tienen como función ejecutar el juicio de Dios. Ya que los demonios son espíritus que no tienen masa ni forma física, lo que Juan ve aquí es un simbolismo de la posesión demoníaca de la cual serán objeto en aquel tiempo aquellos que no tengan a Cristo como su Salvador.
La terrible combinación de características animales con rasgos humanos representa la temible naturaleza destructiva de estos seres, quienes a su vez reflejan el carácter maligno y destructivo de Satanás mismo.
El versículo 9 nos dice que tenían corazas como corazas de hierro, dando así a entender que estos seres son inmunes a la destrucción. Además, están equipados con alas que causan un estruendo como el de los carros de guerra cuando se apresuran para ir a la batalla. Esto indica la velocidad con la que ejecutan sus acciones y lo imposible que resulta evadir su ataque. El hecho de que tienen poder para atormentar a los seres humanos por espacio de cinco meses se enfatiza en el versículo 10, como llamando la atención a lo prolongado que será el tormento.
El nombre hebreo Abadón, así como el griego Apolión, significa destructor. Precisamente ese es el carácter de Satanás y de sus demonios. Actualmente, Satanás se manifiesta con frecuencia como un ángel de luz bueno y religioso, lo mismo que aquellos que le sirven a él en medio de las iglesias.
2 Corintios 11:14-15 (RVR60) Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.
Pero la descripción que Apocalipsis 9, hace del ejército demoníaco que está bajo el mando de aquel cuyo nombre es Destructor, nos muestra cuál es su verdadero carácter y sus propósitos. De allí que el Señor Jesucristo lo describió como aquel ladrón que no viene sino para hurtar y matar y destruir (Jn. 10:10).
Dos ayes más están por venir
Apocalipsis 9:12 (RVR60) El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto.
Con todo y lo terrible que es el tormento provocado por demonios que salen del abismo, este es solamente el primero de tres grandes juicios en la fase de las trompetas. Cuando el juicio de la quinta trompeta haya pasado, aun quedarán dos más por venir: Los juicios de la sexta y la séptima trompetas.