17 Capitulo 12-1-6 - La mujer encinta, el dragon y el hijo varon
La mujer encinta, el dragón y el hijo varón
Los capítulos del 12 al 14 de Apocalipsis forman otro paréntesis que termina en 14:20 y en él se presentan a siete personajes importantes de la Tribulación. De esos siete, veremos a solamente tres en esta sección: 1) Una mujer encinta que representa al pueblo de Israel, 2) un dragón rojo que representa a Satanás y 3) el hijo varón que la mujer encinta da a luz, el cual representa a Cristo.
La mujer encinta
Apocalipsis 12:1–2 (RVR60) Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. 2Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.
El primer personaje es introducido como un como una gran señal, para lo cual, Juan utiliza un vocablo griego que da a entender que esta no es una señal cuyo propósito principal es maravillar sino que es una señal que simboliza una verdad importante. En el resto de Apocalipsis se mencionan otras seis señales o milagros, pero esta primera es mencionada como una gran señal.
Son muchas las explicaciones que se han presentado como identificación de la mujer, pero ella no es la persona de la virgen María ni representa a la Iglesia. María nunca fue perseguida, nunca huyó al desierto ni nunca tuvo que ser protegida por mil doscientos sesenta días, como el pasaje de Apocalipsis 12 dice más adelante que ocurrió con esta mujer. La mujer no puede ser la Iglesia, pues la Iglesia no dio a luz a Cristo, como este pasaje dice más adelante, sino que fue Cristo quien dio origen a la Iglesia. Además, siendo que para este punto de la Historia la Iglesia ya habrá sido arrebatada a los cielos, esta mujer no puede representar la Iglesia. La mejor opción es que ella representa a Israel que es el pueblo de donde vino Jesucristo. En el Antiguo Testamento, a Israel frecuentemente se le presenta como la esposa de Dios, la cual en muchas ocasiones aparece como una esposa infiel a su marido.
Jeremías 3:6–10 (RVR60) Me dijo Jehová en días del rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho la rebelde Israel? Ella se va sobre todo monte alto y debajo de todo árbol frondoso, y allí fornica. 7Y dije: Después de hacer todo esto, se volverá a mí; pero no se volvió, y lo vio su hermana la rebelde Judá. 8Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había despedido y dado carta de repudio; pero no tuvo temor la rebelde Judá su hermana, sino que también fue ella y fornicó. 9Y sucedió que por juzgar ella cosa liviana su fornicación, la tierra fue contaminada, y adulteró con la piedra y con el leño. 10Con todo esto, su hermana la rebelde Judá no se volvió a mí de todo corazón, sino fingidamente, dice Jehová.
En el pasaje de Apocalipsis 12, en cambio, la mujer representa el remanente fiel de Israel que permanecerá apegado al Señor durante la Gran Tribulación.
De la mujer se dice que está vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas, lo cual es una alusión a Génesis 37:9-11, en donde en un sueño que tuvo José, el sol y la luna representan a sus padres, Jacob y Raquel, y las estrellas a sus hermanos.
Génesis 37:9–11 (RVR60) Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. 10Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? 11Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.
El significado de este sueño era que de acuerdo al plan de Dios, eventualmente José sería puesto por encima de toda su familia – su padre, Jacob, el sol; su madre, Raquel, la luna y sus once hermanos, las estrellas. La presencia de estos mismos símbolos en la visión de Apocalipsis representa el cumplimiento del pacto abrahámico, mediante el cual Dios le prometió a Abraham descendencia, bendición y territorio.
A pesar de que históricamente Jesús vino de Israel por medio del nacimiento de la virgen María, los sufrimientos a los cuales se refiere el versículo 2 parecen estar relacionados con los sufrimientos de Israel como nación y no con el evento histórico del nacimiento de Jesús. Es posible que sea una referencia a los sufrimientos de la nación en general a lo largo de su historia.
El dragón rojo
Apocalipsis 12:3–4 (RVR60) También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; 4y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.
Dos pasajes bíblicos ofrecen una descripción muy similar a la que aparece en el versículo 3 de este pasaje: Apocalipsis 13:1 y Daniel 7:7-8, 24.
Apocalipsis 13:1 (RVR60) Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo.
Daniel 7:7–8 (RVR60) Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos. 8Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas… 24Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará.
De estos pasajes se deduce, entonces, que la imagen del dragón escarlata tiene un doble simbolismo – representa aquel imperio romano revivido del cual surgirá el Anticristo y representa también a Satanás, quien es en sí la persona que está detrás del imperio del Anticristo y de su poder. Las siete cabezas y diez cuernos son los diez reinos originales de los cuales tres son derribados por el cuerno pequeño de Daniel 7:8. Este es aquel quien eventualmente se convertirá en el gobernante mundial durante la Tribulación y quien encabezará aquel imperio romano revivido.
En el mismo contexto de Apocalipsis 2, encontramos que Satanás es identificado como el dragón.
Apocalipsis 12:9 (RVR60) Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero…
Más adelante, Apocalipsis se refiere nuevamente a Satanás como a un dragón.
Apocalipsis 20:2 (RVR60) Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años…
El color rojo del dragón denota su carácter destructivo y sanguinario. El pasaje indica que la cola del dragón arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra, lo cual podría referirse al monopolio de poder que el dragón ejercerá sobre aquellos que se le opongan y mediante el cual logrará someter a la mayor parte del mundo.
El dragón espera atento el nacimiento del niño de la mujer encinta, con la intención de devorarlo tan pronto nazca. Esto nos recuerda lo que ocurrió cuando Jesús nació en Belén y Satanás utilizó el imperio romano de aquella época en la persona de Herodes, en su intento por matar al Niño Jesús.
El hijo varón
Apocalipsis 12:5–6 (RVR60) Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. 6Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.
Algunos han propuesto que el hijo varón es la Iglesia, la cual reinará con Cristo y que el arrebatamiento que se menciona en el versículo 5 se trata del arrebatamiento de la Iglesia. Sin embargo, la interpretación de que este niño es Cristo es mucho mejor. Por un lado, las palabras griegas que se traducen hijo varón, las cuales enfatizan el género masculino del bebé, favorecen la interpretación de que el niño es Cristo y no la Iglesia, ya que el término iglesia es de género femenino. Por otro lado, al niño se le describe como aquel que está destinado a regir con vara de hierro a todas las naciones, lo cual es una alusión a Salmos 2:8-9, en donde se habla del Mesías con esos mismos términos.
Salmos 2:8–9 (RVR60) Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. 9 Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás.
Una expresión similar con respecto a Cristo aparece en el Capítulo 19 de Apocalipsis, en donde se describe su Segunda Venida.
Apocalipsis 19:15 (RVR60) De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
En este caso, el arrebatamiento del cual habla Apocalipsis 12:5 podría ser una alusión a la ascensión de Cristo. Algunos han visto esto como una referencia a la huída a Egipto. Poco después del nacimiento de Jesús, a José se le dijo que huyera con la familia a Egipto porque Herodes quería matar al Niño. Quienes proponen esta interpretación dicen que el arrebatamiento es una acción para sacar a alguien del peligro, por lo tanto, no es consistente con la ascensión de Cristo a los cielos sino con la huída del Niño a Egipto.
El versículo 6 vuelve a fijar la atención en la madre del niño, de quien ya dijimos que se trata de Israel. Aquí la vemos en la Gran Tribulación huyendo al desierto, a un lugar preparado por Dios, en donde será sustentada por mil doscientos sesenta días – exactamente un período de tres años y medio.
Por supuesto, hay un gran lapso de tiempo comprendido entre los versículos 5 y 6. Estos grandes saltos en el tiempo son comunes en la literatura profética de la Biblia, en donde, por ejemplo, la Primera Venida y la Segunda Venida de Cristo son mencionadas en una misma oración gramatical.
Mientras que durante los primeros tres años y medio de la Tribulación Israel estará en una aparente paz y seguridad, durante los segundos tres años y medio – la Gran Tribulación – Israel necesitará la provisión especial de Dios para poder sobrevivir la persecución en espera del retorno de Cristo.