03 Lo que sucederá después - Capt 6 - Jinetes del Apocalipsis
Los cuatro jinetes del Apocalipsis
Introducción a los juicios
La visión de Juan que se presenta a partir del capítulo 6 continúa siendo en el cielo, la cual se inició en el capítulo 4. Sin embargo, ahora con el rompimiento consecutivo de los sellos se desatan eventos catastróficos en la Tierra. El Cordero digno de romper los sellos es quien tiene todo el poder y la autoridad sobre el destino de la humanidad y cuando llegue el momento, Él procederá a ejecutar los juicios que están establecidos para el final de los tiempos.
Nuestra perspectiva interpretativa del Apocalipsis nos dice que lo que aquí se describe es una sucesión cronológica de eventos que habrán de ocurrir en un futuro. Con el rompimiento del séptimo sello se abrirá una nueva serie de juicios que se ejecutarán al toque de siete trompetas, por lo cual se le conoce como el juicio de las trompetas. Con el toque de la séptima trompeta se iniciará una tercera serie de juicios marcados por el derramamiento de siete copas, por lo cual a esta serie se le conoce como el juicio de las copas. De tal manera que con el rompimiento del primer sello, se da inicio a una serie de eventos en cadena que constituyen la esencia de lo que serán los últimos tres años y medio de la vida en la Tierra, antes de la Segunda Venida de Cristo. En consecuencia, el rollo que está en la mano del Cordero contiene la totalidad del plan de Dios que culminará con el retorno del Señor a la Tierra.
Los eventos descritos en este capítulo 6 tienen un asombroso paralelismo con la descripción que el Señor Jesucristo hizo de los eventos de los últimos tiempos en Mateo 24:4-31, por lo cual, en las notas a continuación trataremos de correlacionar estos dos pasajes.
El rompimiento del primer sello: El jinete de la conquista pacífica
Apocalipsis 6:1-2 Vi cuando el Cordero rompió el primero de los siete sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes, que gritaba con voz de trueno: «¡Ven!» 2 Miré, ¡y apareció un caballo blanco! El jinete llevaba un arco; se le dio una corona, y salió como vencedor, para seguir venciendo.
Este es el primero de los cuatro famosos jinetes del Apocalipsis. Algunos creen que este jinete es Jesucristo, entre otras cosas, porque cabalga un caballo blanco, de la misma forma en que el capítulo 19 de Apocalipsis presenta al Señor cabalgando un caballo blanco. Sin embargo, aparte de que ambos jinetes cabalgan caballos blancos, no existe ninguna otra similitud entre ellos.
Mientras que el jinete de Apocalipsis 6 lleva un arco y una corona de victoria (Gr. stephanos) que le es dada, el jinete de Apocalipsis 19 lleva una espada aguda que sale de su boca y en su cabeza hay muchas diademas (Gr. diadema), símbolo de suprema soberanía. Por otro lado, el contexto en el que aparece el jinete de Apocalipsis 6 es un contexto de conquista, mientras que el jinete de Apocalipsis 19 es un contexto de juicio y justa retribución. Cronológicamente también existen diferencias, pues mientras que el jinete del capítulo 6 aparece al principio de la Tribulación, el del capítulo 19 aparece al final. En conclusión, estos dos jinetes son dos personajes completamente distintos.
En cuanto al jinete del capítulo 19 no existe duda alguna de su identidad, pues el pasaje lo identifica como EL VERBO DE DIOS y como REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES (Apo. 19:13, 16). Pero, ¿quién es, entonces, el jinete del capítulo 6?
La mejor interpretación es que este jinete es el anticristo, aquel a quien el profeta Daniel identificó como el futuro gobernante que encabezará el renacimiento del imperio romano y se convertirá en el gobernante mundial.
Daniel 9:26 (RVR60) Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.
Este gobernante es el títere de Satanás que pretenderá reemplazar a Jesucristo, el legítimo REY DE REYES (Apo. 19:16) y que por lo tanto, buscará imitarlo por medio de una falsificación que resultará convincente para muchos. Este usurpador hará su entrada a la escena mundial en un plan de conquista, por lo cual es propio que en la visión aparezca cabalgando un caballo blanco. El color blanco del caballo también podría estar relacionado al hecho de que este personaje vendrá a conquistar con promesas de paz, como ya lo han hecho en el pasado muchos conquistadores.
Es significativo que este jinete lleva un arco, lo cual en términos bíblicos es un símbolo de poder militar. Sin embargo, el jinete no tiene flechas. Esto, aparentemente, indica que aunque tiene poder militar, su conquista será por medios pacíficos. Esto sumado al hecho de que se le da una corona de vencedor (Gr. stephanos) confirma lo que declara el final del versículo 2: Salió como vencedor, para seguir venciendo.
Sin embargo, en el período previo a la aparición de este conquistador la situación mundial será de continuo deterioro y caracterizada por todo tipo de conflictos bélicos y la amenaza del estallido de aun más guerras. A esto se suma el aumento progresivo de catástrofes naturales y epidemias, lo cual hará cada vez más urgente la necesidad de alguien que provea soluciones a los problemas del mundo. Esto dará lugar al surgimiento de un creciente número de personajes que se proclamarán a sí mismos como el Mesías, pero que no son más que parte de la farsa de Satanás para engañar a la humanidad. Esto lo anunció el Señor Jesucristo en Mateo 24 y lo identificó como simplemente el comienzo de lo que habrá de venir. Todo esto será principio de dolores.
Mateo 24:3-8 (RVR60) Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 4Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. 6Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8Y todo esto será principio de dolores.
El rompimiento del segundo sello: El jinete de la guerra mundial
Apocalipsis 6:3-4 Cuando el Cordero rompió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que gritaba: «¡Ven!» 4 En eso salió otro caballo, de color rojo encendido. Al jinete se le entregó una gran espada; se le permitió quitar la paz de la tierra y hacer que sus habitantes se mataran unos a otros.
La aparente paz reinante durante la conquista del primer jinete se quebranta con la entrada del segundo jinete, quien presenta símbolos inequívocos de guerra, caos, muerte y destrucción. Mientras que el primer jinete viene en un caballo blanco, con un arco sin flechas y con corona de vencedor, este segundo jinete viene en un caballo rojo encendido y con una gran espada, sembrando terror y muerte a nivel mundial. Aquel que conquistará al mundo con promesas de paz perdurable se convertirá en aquel que haciendo uso de su gran poderío militar traerá guerra y mortandad a la humanidad.
El rompimiento del tercer sello: El jinete del hambre y la inflación
Apocalipsis 6:5-6 Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí al tercero de los seres vivientes, que gritaba: «¡Ven!» Miré, ¡y apareció un caballo negro! El jinete tenía una balanza en la mano. 6 Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: «Un kilo de trigo, o tres kilos de cebada, por el salario de un día; pero no afectes el precio del aceite y del vino.»
En la Versión Reina Valera 1960, el versículo 6 dice así:
Apocalipsis 6:6 (RVR60) Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.
El tercer jinete representa las consecuencias directas de la guerra introducida por el segundo jinete: la escasez, el encarecimiento de los alimentos y el hambre resultante. La balanza en la mano del jinete indica una situación de gran escasez en la que los alimentos serán estrictamente racionados. En la descripción que Dios le dio al profeta Ezequiel de lo que sería el sitio de Jerusalén por parte de los babilonios, se observa una situación similar.
Ezequiel 4:16-17 Luego me dijo: «Hijo de hombre, voy a hacer que escasee el trigo en Jerusalén. La gente comerá el pan racionado y con mucha angustia; también el agua será racionada, la beberán con mucha ansiedad. 17 Escasearán el pan y el agua, y cuando cada uno vea la condición del otro, todos irán perdiendo las fuerzas y acabarán muriéndose a causa de sus pecados.
El denario era una moneda romana hecha de plata que en la escala de pagos del tiempo de Juan equivalía al sueldo diario de un obrero (Mat. 20:2). El trigo, la cebada, el aceite y el vino eran alimentos básicos de la dieta de aquel tiempo en Palestina. El trigo era el alimento de los más pudientes y la cebada el de los más pobres. En efecto, la cebada era frecuentemente utilizada para alimentar los caballos y el ganado.
Lo que la Nueva Versión Internacional describe como un kilo y la Reina Valera 1960 como dos libras, en realidad era una medida de cantidad que contenía menos de un cuarto o de un litro, lo cual era apenas suficiente para alimentar por un día a un solo hombre de apetito moderado. De hecho, la Reina Valera Actualizada lo traduce simplemente como una medida, mientras que la Biblia de los Hispanos y la Biblia de las Américas lo traducen como un litro.
Todo esto significa que la carestía de los alimentos básicos será tal, que el sueldo de un día de trabajo será suficiente para que solamente una persona que coma trigo o a lo sumo, tres que coman cebada, se alimenten por un día. ¡No quedará dinero para nada más! Aunque el aceite y el vino no serán afectados, tampoco habrá con qué comprarlos. Se estima que en términos de la economía de aquellos tiempos, el precio de los alimentos básicos estará entre diez y doce veces por encima de lo normal. Lo crítico de esta situación está representado por el color negro del caballo.
El rompimiento del cuarto sello: El jinete de la muerte
Apocalipsis 6:7-8 (NVI) Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que gritaba: «¡Ven!» 8 Miré, ¡y apareció un caballo amarillento! El jinete se llamaba Muerte, y el Infierno lo seguía de cerca. Y se les otorgó poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar por medio de la espada, el hambre, las epidemias y las fieras de la tierra.
Literalmente, el color de este caballo es verdoso amarillento, similar al color de hierba. En el griego del Nuevo Testamento la palabra es chloros, de donde se deriva la palabra clorofila, el pigmento que le da el color verde a la vegetación. En las personas, este color verdoso amarillento es indicio de enfermedad extrema y de muerte. En efecto, Muerte es el nombre de este jinete. El Infierno que sigue a este jinete es literalmente el Hades, que es el lugar de los muertos. En Apocalipsis, la Muerte y el Hades generalmente son personificados y siempre van juntos (1:18; 6:8; 20:13-14). Vale la pena resaltar que Jesucristo es quien tiene el poder sobre la muerte y el Hades.
Apocalipsis 1:17-18 (RVR60) Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; 18y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
Con esa autoridad, vemos que el Señor Jesús le establece límites al cuarto jinete que es la Muerte y le otorga poder solamente sobre la cuarta parte de la tierra.
Según la historia del rico y Lázaro, contada por el Señor (Luc. 16:19-31), al igual que Apocalipsis 20:13, el Hades es el lugar al cual van todos los que mueren en incredulidad. En el concepto del Nuevo Testamento, el Hades está en las profundidades de lo más bajo, opuestas a las alturas del cielo (Mat. 11:23).
La Muerte recibirá autorización para matar por medio de guerras, inanición, enfermedades y animales salvajes a personas en una extensión equivalente a la cuarta parte del globo terráqueo. Según los cálculos de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), la población mundial en julio de 2008 era de más de 6,7 billones de habitantes.[1] Si la cuarta parte de esta población fuese exterminada, ¡alrededor de 1,7 billones de personas morirían! Eso equivale a más de la población total del continente americano y Europa juntos.
La muerte de personas ocasionada por las fieras es de esperarse en un territorio que ha sido asolado por la guerra, el hambre y las enfermedades. Siempre que los jinetes de la conquista, la guerra y el hambre cabalgan uno tras el otro, el jinete de la muerte los sigue indefectiblemente.
Conceptos clave:
- Jesucristo, el Cordero digno, es quien tiene todo el poder y la autoridad sobre el destino de la humanidad. ¡Cuánto más sobre el destino de nuestra vida!
- La auténtica paz perdurable no es la que prometen los líderes humanos sino la que el Señor Jesucristo nos prometió a los nacidos de nuevo: La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo (Jn. 14:27, RVR60).
- La aproximación de los eventos que marcan el final de los tiempos se caracteriza, entre otras cosas, por la aparición de falsos maestros y falsos cristos. Debemos ser diligentes en el estudio, comprensión y aplicación de la Palabra de Dios para evitar ser arrastrados por la mentira.
- Al ver el sufrimiento tan intenso que sobrevendrá a la humanidad al final de los tiempos, no podemos más que apreciar aun más las bendiciones de las que al momento disfrutamos y darle gracias a Dios por su gracia para con nosotros.
[1] CIA – The World Factbook, https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/print/xx.html